Qué frases tan típicas y tan faltas de verdad… «soy demasiado viejo para cambiar…» «a mí edad ya no puedo cambiar…» ¡¡patrañas!! el que no cambia (independientemente de la edad) es por dos sencillos motivos: 1. no le da la gana o 2. es un vago. Está claro que lo más fácil es no hacer nada, dejar pasar el tiempo hasta que, quien sabe, lo mismo se cambia solo. Quítate la pereza de encima y si quieres cambiar cambia, y si no quieres, no lo hagas, pero la excusa de la edad ya no te vale.
¡Buen Lunes!
Nunca eres demasiado joven para aprender ni demasiado viejo para cambiar.