Creo que desde mis primeras vacaciones en Gandía tengo claro que me caen mejor los catalanes que los italianos. Hay incluso algunos jugadores del Barcelona que despiertan mi simpatía: ¿Quién se negaría a adoptar a “Iniesta de mi vida” cuando deje el fútbol? No sé puede aspirar a tener un hijo mejor ni más pálido. […]